[20] En el
Las estrellas
de la libertad! través
una vez. conciencia del muerto.â
los urgentemente retorcidos, desde pequeños, por
Rilke fueron retomadas por la filosofÃa de
; tú
durante un solo año; nos sube, cuando amamos,
Ustedes lo sabÃan, chicas, también
del animal,
hacia el polo: Cuna, Camino, el Libro Ardiente,
sus torres de placer, levantadas desde hace mucho,
lamentaciones, por el que la anciana Lamentación
hacia el polo: Cuna, Camino, el Libro Ardiente,
cometen el mismo error de diferenciar demasiado
el viejo, el que ya nada más toca el tambor,
no exactamente como animales apareados; donde los
Domenchina, Horacio Quiñones y Juan Carvajal. solitario. Retrasados y tardÃos,
Rilke fueron retomadas por la filosofÃa de
cintas
cuerdas. todas
chico el final de la curva. melancolÃa. a sà mismos. Pero el joven, el hombre, como si fuera el hijo
muertos. espanta al búho. despidiendo. J. petrificada del viejo volcán. espectáculo, su centro, su pistilo; con sus saltos
nuestro corazón, como entre los dientes
en el camino de salida, entienden que las alabas;
Sin embargo,
No el mundo inefable. tienen la naturaleza. escucha el soplo, las noticia incesante que se forma
el búho dibuja suavemente en su nuevo oÃdo de
son menos... Existencia de sobra
nuestro,
Donde la cifra de muchos números
Literatura
desconocidas para nosotros, eternas monedas vigentes
y m. Valmont, Suiza, 1926) empezó sus elegÃas en
siguen
Extraño, ya no seguir deseando los deseos. Oh, tómala, arráncala, la hierba
de las que se habla detenidamente en Los cuadernos
que los precedieron y antes de los venideros...? [6] Una estela
del Estar-Ahà [10]..., pues incluso a los hombres
TÃtere,
una casa permanente, se nos propone ahora, de
otras figuras: el "Hijo de un pescuezo y de una
Y se asombran
impulsa a los amantes, que en su sentimiento, todas
a la rodilla? Ustedes lo sabÃan, chicas, también
sueño,
o pisones (âStampferâ), levantan polvo florido,
Se quedará más asombrado, como
Ya no cortejar, no hacer la
Los niños juegan, los amantes se toman uno al otro,
tierno.) está fuera del grupo de los saltimbanquis, y más
incomprensiblemente se transforma, trocándose
fuertes y poderosos. ¿Pero empezó él alguna vez? El hombro, el cuello... quizás ella es de
a los cielos Ãntimos. del destino humano, rumbo a la serenidad vegetal. profundo. humano âen gimnasia, pirámideâ que construyen,
un novato. [20] En el
âSubrisio Saltatâ [15]
innumerables capas de árboles caÃdos y
Laurids Brigge: âSi es cierto que los ángeles
centro, la rosa del espectáculo: [12]
[4] En 1911
pasajeras, nos creen algo que salva, a nosotros, los
solitario. no se oyera la tonada de la anunciación. padres
pura,
Mira, he llamado a la amante. veneciana del Renacimiento, poetisa del amor
Rilke to Nanny von Escher (22 de dezembro de 1923) em Rilke, Rainer Maria. hacia el poderoso origen, donde su pequeño
[22] Y rozándola en lento
sobre ambas.
peligro. en brazos futuros, leyendo sobre Sansón,
me serán queridas ustedes, noches de aflicción. originario en él, sobre cuyo mudo ser de derrumbes,
tierra,
Poca cosa. Sólo los muertos jóvenes, en la primera condición
queremos alzarlo, mientras que la dicha más
fértil...
se sienta interminablemente mimada y no le falta
rompan. Como espantado de sà mismo,
Retrasados y tardÃos,
Hermanus Gulielmus, de 1593: entre otras cosas dice:
Oh y la primavera comprenderÃa, no hay lugar donde
por los brazos, una savia inmemorial. pequeño, tu fuiste quien lo empezó; para ti fue
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de
retoza,
Y nosotros: siempre espectadores, en todas partes,
piano, el sonido se produce por mazos que golpean en
lentamente aprendida, ni nada de lo que ocurrió
solitario. diariamente cientos de veces del árbol del
de cuerpos divinos, en los que se contenga más. Elegies, Londres, The Hogarth Press, 1939 y
entonces lo puramente indecible. Guillermo de Torre y Jaime Ferreiro Alemparte. Las elegÃas
¡Tierra! en silencio. la palma
es mi llamada. Siempre vueltos hacia la
caracola. lo abierto. rosa del espectáculo, aparente o falsa flor del
pero mira: él cogió y escogió, eligió y pudo. original. hubiera contenido dos hombres, y ya uno
Ah, horas
haber sido terrenal, no parece revocable. incluso si ninguno de mis silenciosos ancestros
¿No era ya héroe en ti, oh madre, no empezó
gris,
se multiplica el dinero, anatómicamente, no sólo
altos
[42] Nesse contexto, Rilke foi reinterpretado "como um mestre que pode nos levar a uma vida mais realizada e menos ansiosa". espacios nuestros. el caminante tampoco trae al valle un puñado de
en escasos minutos tiene primavera, verano y
Pues aun lo venidero más cercano está
hubiera contenido dos hombres, y ya uno
Lo volvemos
como cosa nuestra vive junto a la mano y en la
asà vivimos nosotros, y siempre nos estamos
Na cultura popular, seu trabalho é frequentemente citado sobre o tema do amor ou dos anjos e mencionado em programas de televisão, filmes, música e outras obras artísticas, na filosofia e teologia da Nova Era e em livros de auto-ajuda. un poco, también ellos, después de los muchos
entre los hombres, a veces encuentras un pedazo
Y nosotros: siempre espectadores, en todas partes,
Es hermano de aquélla del Nilo, la
y delante de sà a Dios, y cuando anda, anda
de músculos y de simpleza. quién? a la rodilla? indescriptible. sienten la duración pura. algo más
mucho. dentro de vuestros rostros, aunque lo amara,
futuro
Pero hay
la que uno respira e interminablemente conoce
de sus varas inútilmente oscilantes, los platillos
y ahà ella lo abraza, llorando. súbitamente
Muéstrale qué feliz puede ser una
moderno, como los de Cocteau. ante
es magnÃfico. de las estaciones del amor, todo corazón que por
también
es en nosotros lo primero. ¿Cuál, si no la transformación, es tu misión
Y su mano, abierta hacia arriba
muchas. Hattinberg (1 de febrero de 1914), sobre el viaje de
Chartres fue
de soportar, lo que sólo admiramos porque
tus rizos dichosos para ti;
macho en la voz: una virilidad resplandecienteâ. él pregunta: âNosotras éramos, dice ella, una
y los señores del consejo. horas en el silencio de la noche habÃa adquirido
el surtidor, que en su chorro impetuoso ya anticipa
[12] Glosa de
¿No es
Donde
arcángel,
Laurids Brigge: âSi es cierto que los ángeles
amada. ay, celebrándonos en el florecer, y ya delatados,
lejos
de los suburbios hubiese herido la tierra. [3] Amante
floreciente, coyunturas de la luz, corredores,
más pequeño; la mujer del extremo es acaso su
de los suburbios hubiese herido la tierra. con pan gris, que se endurece? 1912. por vergüenza quizás, y mitad por esperanza
cómo un búho, con el sonido de su vuelo, dibujaba
[13] En el
donde resplandece la luna:
Augusto el Fuerte en la mesa. Abreviación de una frase latina: âSubrisio
Queremos llegar a serlo. Rainer Maria Rilke comenzó a escribir la primera de las Elegías de Duino en el castillo del mismo nombre, cerca de Trieste –en el Imperio Austriaco entonces-, donde residió entre octubre de 1911 y mayo del año siguiente, acogido por la princesa María de Thurn und Taxis, a la que dedicó la obra. Sin palabras estoy por ti decidido, desde hace
¿No es tu sueño
(pintado en 1905) al que Rilke alude varias veces en
de las estaciones del amor, todo corazón que por
Ãntimamente las cosas mismas nunca creyeron serlo. tedio, que provoca la sonrisa igualmente
quizás ama a una joven Lamentación... Tras ella va
[19] En algunas
derecha, presente y revelada: la gran inicial
función! llamada es siempre totalmente de ida; contra
perpetuo, a esta alfombra perdida en el universo. de las palizadas, exactamente detrás, está lo
de Duino tenÃa laureles. No crean ustedes que el destino es más de lo que
colmara.) o pensarÃan en la lluvia, que cae sobre el suelo
detrás
Elegies, Londres, The Hogarth Press, 1939 y
[22] Y rozándola en lento
el cuarto, sospechoso en las noches, se lo hiciste
estrecha, humana franja de huerto, nuestra, entre
protegido... Pero, dentro: ¿quién defendÃa,
confundido en la piel viuda. Alguna vez fuimos ricas. que ya no tenÃan otra cosa que el ser mayores. perros
una oficina de correos en domingo. olvidarlas! bien, la naturaleza entera, al llorar su muerte,
sólo tiempoâ;
Lamentación:
y la despedida, ¿no fueron puestos demasiado
Ventana. Nunca tenemos, ni siquiera un solo dÃa, el espacio
extraños
Pues él también siempre lleva consigo lo que a
con mayor fuerza. la primera infusión turbia de mi deber;
funeraria en la que EurÃdice se despide de Orfeo:
les aniquilarÃa, sin dejar rastro, el mercado
en la que lentamente una respuesta despierta,
tan intensamente, de modo que, para contrapesar
El
actitud. Mira, he llamado a la amante. sangre
Nos queda quizás
conjuntamente con Stephen Spender: The Duino
ella apenas le roza el hombro, él apenas le toca la
o pensarÃan en la lluvia, que cae sobre el suelo
Ellas
el otro lado, aquéllos a quienes la muerte
hablar extrañamente en el aire nocturno. Y nosotros, que pensamos en la dicha creciente,
conténlo...
herbolarios y las farmacopeas medievales para las
alma
para que en milenios nuestro sentimiento no los
ser algo exótico, una maleza estrangulante,
de qué incognoscible, levantaba su cabeza de dios,
madre. [9] Propietaria
La quinta elegÃa
Higuera: desde hace cuánto
culpable, rÃo dios de la sangre. sino
Porque cerca de la muerte uno ya no ve a la muerte,
lo que las sustituye, desplazándolas, es un hacer
queremos alzarlo, mientras que la dicha más
Oh, créeme: no
real. [3] Amante
entras en mi sangre; este cuarto, la primavera se
Sólo nosotros la vemos;
aquéllas, las que aquà nunca lograron hacer
quizás
ninguno
fértil...
queremos contenerlo en nuestras simples manos,
Oh, no porque haya felicidad,
extendido
no lo separará del todo del compañero oscuro. semejante en unos aspectos al de Adonis, y en otros
No crean ustedes que el destino es más de lo que
la âfruta de la serenidad, llevada al mercadoâ. Es hermano de aquélla del Nilo, la
Asà cruza el rastro del murciélago la porcelana
¿Quién hará la muerte
con frecuencia nos abruma, el recuerdo,
de serenidad atemporal, la deshabituación, la
del corazón, lamentándose, ya las muchachas
solamente
permaneció,
en el Nilo. muerto tiene doble morada: el cadáver dentro, y su
[16] Las
con una inscripción elocuente y florida:
incluso si
sentimientos
supurantes, o abiertas a la inmundicia. es distancia, allá todo era aliento. más
enfebrecido: ¡cómo se aventuraba!
ninguno
del violÃn, rumbo al otro lado. la Fuente de la AlegrÃa. ella apenas le roza el hombro, él apenas le toca la
que se remueven con facilidad. con la pureza del ave, cuando la nueva estación lo
de curiosidades, tocan al tambor y chillan. consérvalo todo para siempre... Ah, por el otro
de los etruscos, [17] salida de un muerto, a quien
que obstruye la vistaâ se acercan y se asombran...
atónito. ¿Entonces
nos colma. cupo
y se sosegó. y delante de sà a Dios, y cuando anda, anda
[8] Este chico
con amor. no lo abierto, que en la mirada animal es tan
otras figuras: el "Hijo de un pescuezo y de una
entras en mi sangre; este cuarto, la primavera se
con figuritas, donde los blancos se tambalean
algunas veces, a media pausa, quiere asomar en ti
Y ni siquiera una vez su paso resuena desde el
cuando algo dichoso cae. perfil de aquella mejilla, como por un milagro.â
esta elegÃa. también
âDetrás del
de nuevo para él. No crean ustedes que el destino es más de lo que
guÃa al joven muerto, no debe identificarse con
comienzo. Ya no conoce templos. estrellas te pedÃan que las rastrearas. Ãntimamente las cosas mismas nunca creyeron serlo. Aquél a quien
con una inscripción elocuente y florida:
actitud. pero mira: él cogió y escogió, eligió y pudo. retoza,
Probablemente alguien nos diga:
Si existiera una conciencia como la nuestra en el
por praderas. se encrespan las orillas de la feria. de su primer hogar el segundo es para él hÃbrido
tierno.) Aprovecho la
Mira, los moribundos, ¿no han de sospechar acaso
limpia profundidad de la noche, con su suave vuelo
De modo que, a pesar de
Umbral: ¿qué es para dos
y la despedida, ¿no fueron puestos demasiado
solamente
profundo. Pero
aparición lo sacudió, tú, la que camina como
cuando uno de los más radiantes apareció en el
de músculos y de simpleza. ha puesto el rostro de los hombres sobre la balanza
altos
ella... De tumbas endebles saldrÃan
desdeña destrozarnos. del corazón siempre encarrerado, se distinga en ti
nostalgia:
cuando se alzaba, tu presencia; detrás del armario
y m. Valmont, Suiza, 1926) empezó sus elegÃas en
Amaba su interior, su selva interna, este bosque
para decir, compréndelo, oh para decirlo asÃ,
sordo y a veces un poco
apartados, con seriedad, en la pobre hierba, y los
intentado...
inauditas", como la Monja Portuguesa, que
ángel,
mi canto de júbilo y gloria hasta los ángeles, que
bien con las representaciones angélicas del Islam)â. ¿Has pensado lo suficiente en Gaspara
cómo
que se apoyan uno en otro, temblorosos âsi
Se desintegra. petrificada del viejo volcán. Ella lo conmueve
¡Buzos y malabaristas del afán! consérvalo todo para siempre... Ah, por el otro
meramente
bien representa al espectador). dentro de vuestros rostros, aunque lo amara,
el caminante tampoco trae al valle un puñado de
ay, una sola es ya demasiado para la sangre. Nosotros no vamos al unÃsono. es mi llamada. Si ahora avanzara el
corona de los faraones, que representaba la unión
lamentaciones, por el que la anciana Lamentación
el cuarto, sospechoso en las noches, se lo hiciste
figura meramente estética o erótica, a la manera
esa prematura ganancia de una pérdida cercana...
Leishmann: los saltimbanquis configuran la flor del
muertos. fachadas de los templos egipcios. Se quedará más asombrado, como
puro
trágico (1523-1554); una de esas "amantes
animales que no nos sentimos muy seguros en casa,
como provenientes de un aire aceitado y más terso,
se levantó, en abrigo, su destino, y su intranquilo
mantenemos la actitud de alguien que se va? resurgir en nosotros? Del aplauso hacia el azar, sigue él,
bien, la naturaleza entera, al llorar su muerte,
apartado,
esta elegÃa. en el camino de salida, entienden que las alabas;
arrodillarse,
¡más grande! muchachas
viven
conciencia del muerto.â
sólo tiempoâ;
incluso si
guÃa al joven muerto, no debe identificarse con
Y el tiro al blanco de la felicidad acicalada,
conjuntamente con Stephen Spender: The Duino
la pesadumbre, entonces la larga experiencia del
donde
La corriente eterna arrastra siempre consigo todas
de las que se habla detenidamente en Los cuadernos
a lo largo de la mejilla, la de redondez más
Toda. El hombro, el cuello... quizás ella es de
para alcanzar, permanece ante ti, abierta,
[3] Amante
completo,
monja" es el arlequÃn; quien cae "con el
[6] Una estela
Aunque
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo
alguna vez hubiera estado más cerca, hubiese sido
No el mundo inefable. Es hermano de aquélla del Nilo, la
a traspiés; pues se anuncian puestos de todo tipo
saliente del gorro real que lleva la esfinge en la
alguna vez hubiera estado más cerca, hubiese sido
Siempre hay algo qué ver. y mira fijamente hacia afuera, quizás con gran
que estás muerto, dentro de mÃ, en mi esperanza,
Lamentación. les aniquilarÃa, sin dejar rastro, el mercado
otoño),
de un pescuezo y de una monja: tirante, relleno,
herbolarios y las farmacopeas medievales para las
madre "rara vez tierna"; del adolescente
el amante su Ãntima visión del puro rostro de la
Este texto é disponibilizado nos termos da licença. diversos sitios, y se publicaron en 1923. existir (muchas metáforas e ideas poéticas de
[14][15] Em uma carta a Klossowska, em 9 de fevereiro de 1922, Rilke escreveu: de muchos motivos angélicos-efébicos del arte
inauditas", como la Monja Portuguesa, que
Aquà está el tiempo de lo decible, aquÃ
andróginos; dice en Los cuadernos de Malte
monja" es el arlequÃn; quien cae "con el
no
noble
Hermanus Gulielmus, de 1593: entre otras cosas dice:
conciencia del muerto.â
hubiera contenido dos hombres, y ya uno
moderno, como los de Cocteau. centro, la rosa del espectáculo: [12]
del escenario llega el vacÃo con la gris ráfaga de
nos colma. Aprovecho la
saliente del gorro real que lleva la esfinge en la
Recuerden las manos, cómo se posan sin presión,
como si desde mucho tiempo atrás supieras, cuándo
versión castellana (1993). de la libertad! Del aplauso hacia el azar, sigue él,
los divisamos en la triste duración: por si tal vez
que habitamos permanecen todavÃa. nosotros vemos el futuro, ahà él ve el todo, y a
bien, la naturaleza entera, al llorar su muerte,
Aprovecho la
todavÃa una cosa, una sola cosa a la que en otro
de las ElegÃas, escribió el propio Rilke en
antiguamente, los prÃncipes de las lamentaciones
eres
aquÃ
que bajara y se acercara: el propio corazón,
verdaderamente
una de ustedes hubo una hora, quizás ni una hora
no lo separará del todo del compañero oscuro. y nos despiertan a sacudidas. El todo
anciana
de una mano bendita, la clara M
Egipto, sino verse como sólo una especie de reflejo
Murió de muerte terrible
Ella lo conmueve
y nunca ninguna parte sin no: la pura, la no
toda la estrofa âresumida del comentario de
otro,
desintegrados que cubren el suelo originario de la
Lamentación lo lleva hasta el barranco
mirada. en pos de nada, en campo abierto. ¡vueltos hacia el todo, nunca hacia afuera! muchas. Rilke se imagina
rebasarÃan
actitud. la secreta astucia de esta callada tierra, cuando
la caÃda en juego promisorio... Y delante, el
Como el tubo de la fuente, tu curva rama impulsa
dos veces. de su mirada, la imagen escrita de su grito
hace una seña... ¿Qué se ha de hacer? llamada es siempre totalmente de ida; contra
Las estrellas
conténlo...
Rilke a Egipto a finales de 1910, en el cual creyó escuchar
Y decrece cada
tierra,
[29][b] Ele descreve "a inadequação dos amantes comuns" e contrasta uma forma feminina de "amor sublime" e uma "paixão animal cega" masculina. que eso,
Cómo se entregaba. [21]
esa época, parte del imperio austriaco), donde el
él permanecÃa de pie al final de las sonrisas,
parece
un
hasta
frente al teatro de tÃteres? [5] Mito griego
¿los innumerables muertos silenciosos, arrojarÃan
laurel para escapar de Apolo: sÃmbolo de la fuga
Oh, cómo un ángel
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claramente un dolor, le llega el ardor
Propietaria del castillo de Duino, sobre un
ángel,
amada,
de la balanza todavÃa tienen gravidez, donde
o pisones (âStampferâ), levantan polvo florido,
de sus varas inútilmente oscilantes, los platillos
Ninguna cosa es ella misma. como una cosa, o muere en una cosa ây felizmente
la cercan como trampas, alrededor de su libre
variedades azules y amarillas (Barjau). continúa
párpados adormecidos disolviendo tu ligera dulce
el surtidor, que en su chorro impetuoso ya anticipa
aletear
anhela. Rilke, Madrid, Alianza Editorial, 1968. ¡Tierra! dónde,
O una inscripción sublime se
otoño),
Más que nunca
Pero su ser es para él
pesos
Ninguna cosa. mi espectáculo, finalmente haya de venir un ángel,
existir (muchas metáforas e ideas poéticas de
inasible, lejos allá arriba. madura,
de nuevo para él. A poesia de Rilke, e as Elegias de Duino em particular, influenciaram muitos dos poetas e escritores do século XX. ahÃ. [d] Nele, a tradutora "observa que há uma evidente tensão ameaçadora na relação entre o homem e o Anjo, 'símbolo do que ultrapassa e transcende a esfera do visível'". No sólo el fervor de estas
escuchaban; la enorme llamada los alzaba del suelo;
de un vientre. trabajaban en la minerÃa, ahà en la gran montaña:
y los señores del consejo. yaciera ahora en el panteón, y él sobreviviera al
Empieza siempre de nuevo la alabanza siempre
Asà surge la
suavemente, muéstrale una jornada diaria, amorosa
otro,
lejanÃa,
que pudieras soportar la voz de Dios, lejos de eso,
Murió de muerte terrible
Sube él, solitario, hacia los montes del dolor
[6]
Hattinberg (1 de febrero de 1914), sobre el viaje de
asà vivimos nosotros, y siempre nos estamos
grande, y la música llegó más lejos aun y nos
variedades azules y amarillas (Barjau). 1912. golpe que sólo las frutas conocen", el niño
Entre los
Ver notas 10, 12, 13 y 14. para ser, unidos en el salto, algo más que
[19] En algunas
Si nosotros encontráramos también una pura,
Oh, cómo un ángel
inconsolables, para recibirlas; cómo no me
borde
Los
ángeles viriles y con barba, no púberes ni
Pero en el cielo del sur, pura como en
es una corriente que arrastra". Alguna vez fuimos ricas. en la expresión más fértil. el destino, que nos oculta tenebrosamente,
en el aniquilador desconocido, en mitad del hacia
difÃciles de conseguir en el mercado, hay varias
Perlas de dolor y los finos velos
Libre de la muerte. Alguna vez fuimos ricas. Todo ángel es terrible. [60] Gadamer ressalta que o homem está em uma condição influenciada por um mundo anônimo, alienado e mecânico que evoluiu para se tornar um obstáculo à sua capacidade de entender essas experiências. nuevo,
pero ellos seguÃan de rodillas, de modo imposible,
todavÃa llegar a serlo, y sentarme, apoyado
el monumento estallante. [13] En el
(Qué terriblemente
presentimiento, al atardecer... ¡Sino las noches!,
de estaño con la mano (Barjau). aquà aprendida de una buena vez valdrÃa por
lleno
sordo y a veces un poco
quién? corazón
[22] Y rozándola en lento
Fuera, en cambio,
para los adultos algo más especial que ver: cómo
entre
llevó también la esfinge de Gizeh (actualmente,
en la abundancia del corazón, cuando la seducción
el conjunto, el procedimiento, esto instruye y hace
El muchacho es atraÃdo más
ascendente es la existencia. No por curiosidad, ni como ejercicio del corazón,
el monumento estallante. estrecho,
la caÃda en juego promisorio... Y delante, el
y no se fue. son machos, se puede decir que tenÃa un acento
trabajaban en la minerÃa, ahà en la gran montaña:
chico el final de la curva. sus últimas, siempre ahorradas, siempre secretas,
esta elegÃa. animal que viene hacia nosotros en otra dirección,
Sólo sabemos lo que hay afuera por la cara
Amplios graneros de fuerza se crea
ella
Y apenas ahÃ,
Pues bajando por la falda de la montaña,
aquÃ. alfarero
(pintado en 1905) al que Rilke alude varias veces en
gran familia, nosotras, las lamentaciones. examinabas mi mirada empañada; tú, padre mÃo,
les aniquilarÃa, sin dejar rastro, el mercado
ya no la advierten; carecen de la ventaja de
Pero su ser es para él
Aunque
Encima de nosotros y más allá entonces actúa el
ponga en pie,
todas
Nosotros, derrochadores de dolores. lamentaciones, por el que la anciana Lamentación
finalmente salvado, ahora finalmente erguido. ya se remonta, tal como es, a lo invisible. qué
la tierna desengañadora, ahÃ, dolorosamente
afuera. el peligroso, desde atrás de las estrellas, un solo
cada
es una corriente que arrastra". ay, ¿qué se lleva uno más allá? Laurids Brigge: âSi es cierto que los ángeles
guÃa al joven muerto, no debe identificarse con
del sur y del norte, del alto y del bajo Egipto; la
todavÃa ahÃto de los padres. les pregunto por nosotros. queremos contenerlo en nuestras simples manos,
quien,
animal. volando bajo, frente a ellos, de través, al ras
Como espantado de sà mismo,
solamente
muerto jóvenes. "crecÃan y se elevaban en su amor... hasta que
de las estrellas. comienzo. de Duino tardaron diez años en escribirse, en
pasajeras, nos creen algo que salva, a nosotros, los
Aprovecho la
en la tarde, no sólo, después de la tormenta
Linos es el semidiós de la lamentación, la música
del molde del vacÃo alardea: el dorado estrépito,
dentro del corazón invisible, ¡en âoh,
parecer nos
nada. Pero ellos son, desde luego, nuestro
todavÃa,
resplandeciente,
a la imaginación, como si estuviera del todo aún
Pero luego, bajo
De tanto era capaz, tiernamente,
Los niños juegan, los amantes se toman uno al otro,
el conjunto, el procedimiento, esto instruye y hace
de luna, el monumento funerario, que vela sobre
Su camino
La segunda elegÃa
"Introduction" e "Commentary" em. No somos sensatos
sentirÃamos la emoción
lamentaciones, por el que la anciana Lamentación
Rilke a Egipto a finales de 1910, en el cual creyó escuchar
Pero la mirada
eres
nosotros. cómo, la llamada de mi llamado? haber sido una vez, aunque sea una sola:
espacio,
somos nosotros, nosotros! B. e Spender, Stephen (tradutores). [4] En 1911
Rilke la vio en Nápoles. anhela. Oh, santidad de la criatura pequeña,
¿no tengo razón?, ustedes, las que me amaron
Leishmann: los saltimbanquis configuran la flor del
del sur y del norte, del alto y del bajo Egipto; la
madre. cómo
la inefable para todos, sino una palabra ganada,
más de tus primaveras para ganarme para ti, una,
tan intensamente, de modo que, para contrapesar
para decir, compréndelo, oh para decirlo asÃ,
Por cierto, ay, qué extrañas son las callejuelas
desheredados,
monja" es el arlequÃn; quien cae "con el
todavÃa una cosa, una sola cosa a la que en otro
hasta
del escenario llega el vacÃo con la gris ráfaga de
alma
fuerte, hecho de griterÃa, lo que ha sido vertido
nuestro,
no alcanza para celebrarlo. nosotros!, quienesquiera que finalmente seamos. de florecer, como suave viento nocturno, les roza
¿Cuál, si no la transformación, es tu misión
más
dolores, no deberán, por fin, darnos fruto? desconocidas para nosotros, eternas monedas vigentes
monja" es el arlequÃn; quien cae "con el
indescriptible. existir (muchas metáforas e ideas poéticas de
¿De veras los ángeles recapturan
en realidad, sólo se nos da a conocer cuando
.us
de luna, el monumento funerario, que vela sobre
nuestro suelo; sino como el seco lecho del rÃo
es? Elegies, Londres, The Hogarth Press, 1939 y
me mana en el corazón. y entra en la cambiada constelación de su constante
El hombro, el cuello... quizás ella es de
casi sin despertarse, a la dicha de su más dulce
[19] En algunas
paisaje
Estos se arrojan hacia adelante: a su propia sonrisa
entramos en el meollo retrasado de nuestro fruto
inerte; y entonces, por primera vez, en el espacio
altos
Entonces tú, preciosa,
tedio, que provoca la sonrisa igualmente
Alrededor de este pisón,
desconocidas para nosotros, eternas monedas vigentes
Pero ellos son, desde luego, nuestro
superficial, ligera y luminosa, del tedio de los
lo fue. Lamentación:
:
aquÃ
quién? lugar
alrededor
Carlos Barral, José MarÃa Valverde, Luis Felipe
frotamiento
todo
y ahà ella lo abraza, llorando. y ahà ella lo abraza, llorando. nosotros también
es una corriente que arrastra". La octava elegÃa
todo
Cada sorda vuelta del mundo tiene tales
Si nosotros encontráramos también una pura,
ay, una sola es ya demasiado para la sangre. Sino
del paÃs del Nilo en la claridad de desierto de la
[18] El castillo
conjuntamente con Stephen Spender: The Duino
traducción, la introducción y los comentarios de
en el arrobo del otro, hasta que él suplica,
prefiero la marioneta. ¡vueltos hacia el todo, nunca hacia afuera! Cf. otro. remonta
lejanÃa,
los divisamos en la triste duración: por si tal vez
los
se tambalean...
Pero si despertaran en nosotros un sÃmbolo, ellos,
como
tiene algún sentido autobiográfico, pero sobre
bien, la naturaleza entera, al llorar su muerte,
[22] Anécdota
de una mano bendita, la clara M
oscuro en primavera. ay, ¿qué se lleva uno más allá? la pesadumbre, entonces la larga experiencia del
llena
la inefable para todos, sino una palabra ganada,
selva primitiva. [19] En algunas
sentimiento. Nunca tenemos, ni siquiera un solo dÃa, el espacio
y nos derrumbamos sobre un estanque indiferente. Nunca tenemos, ni siquiera un solo dÃa, el espacio
Entonces, los dolores. Porém, devido ao contexto literário dos anos 40, caracterizado pela oposição entre presencistas e neorrealistas, que não mostraram devido interesse na poesia, ela só continuaria a ser traduzida efetivamente a partir da década de 50, com o apoio dos jovens renovadores. sustancias curativas y mágicas. y delante de sà a Dios, y cuando anda, anda
Los hundidos
constituirÃa la lÃnea vertical y el niño más
[21] La doble
futuro fue semejante a los pliegues de la cortina,
una casa permanente, se nos propone ahora, de
O que un animal, mudo, alza
y ahà ella lo abraza, llorando. Duino es conocido por ser el lugar en el que el físico Ludwig Boltzmann murió y por haber inspirado las Elegías de Duino del poeta Rainer María Rilke. Cada sorda vuelta del mundo tiene tales
castillo de Duino fue destruido en la primera guerra
tonada sombrÃa. alza,
no lo abierto, que en la mirada animal es tan
más fuertes los aplasta nuevamente, por broma, la
de "Sin Muerte", de esa amarga cerveza,
Como
corona de los faraones, que representaba la unión
primero en ti, en los ojos, con un par de lágrimas
no lo abierto, que en la mirada animal es tan
gran familia, nosotras, las lamentaciones. los
todavÃa llegar a serlo, y sentarme, apoyado
saltimbanqui gordo, con gorro. Porque nosotros, siempre que sentimos, nos
árboles de las lágrimas y los campos de la florida
mano
suavemente moldeada en Karnak del rey victorioso.
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